Para Edgar Morin la nueva espiritualidad humana, fundada en la perspectiva transdisciplinariedad del pensamiento complejo, tiene un especial y prometedor espacio de realización en el Sur, pues: "El pensamiento del sur está llamado a volver a cuestionar la sabiduría. Sabemos que una de las grandes herencias de la Antigüedad, griega y romana, es la búsqueda de la sabiduría. Ahora bien, la idea de una sabiduría identificada con la vida razonable, razonada, opuesta a una vida de pasión, no es satisfactoria en la medida en que hemos comprendido - en particular, desde los trabajos de Damasio y Jean-Didier Vincent - que la razón pura no existe. Incluso el matemático dedicado al cálculo más racional, tiene la pasión por las matemáticas. No hay razón sin pasión. Por el contrario, la pasión sin este candil que es la razón se pervierte en delirio. Entonces la nueva sabiduría debe buscar la "dialógica" - diálogo permanente, complementariedad en el antagonismo - entre la razón y la pasión. No hay pasión sin razón, no hay razón sin pasión. No es una sabiduría que pueda programarse, es una especie de memorándum que debe regenerarse, sin cesar, para guiarnos en la vida. Desde entonces, la nueva sabiduría reconoce las virtudes de la poesía, es decir, la del amor y de la comunidad" (Morin, E., 2010, pág. 9)